La Fundación Amanecer dio inicio oficial a una de las épocas más especiales del año: la Navidad, un momento que invita a celebrar, agradecer y reconocer el sentido profundo de nuestro trabajo. Este año, como ya es tradición, nos reunimos para compartir un espacio de encuentro que nos recuerda por qué somos una familia organizacional que se construye desde los detalles que unen.
La jornada estuvo llena de gestos que fortalecen nuestra cultura: el brindis por los logros y aprendizajes del año, el intercambio de galletas que simboliza cercanía y gratitud, y la tradicional rifa de los tarros, un momento esperado que despierta sonrisas y conversaciones en cada oficina.
El acto central fue la creación de “El Árbol de Todos”, un árbol especial ubicado en cada una de nuestras sedes. Este árbol está compuesto por pequeñas piezas aportadas por cada colaborador, representando la esencia de quienes llegan a la Fundación todos los días con compromiso, entrega y la convicción de que nuestro trabajo tiene un propósito claro: servir a empresarios, campesinos, mujeres y jóvenes que confían en nosotros para impulsar sus proyectos y transformar su calidad de vida.
Con este gesto simbólico y colectivo, damos inicio a una temporada que celebra la unión, el propósito y la fuerza de una misión compartida.













Redacción Fundación Amanecer