Desde la visión de los especialistas cubanos, el potencial del territorio es claro. José Jesús Márquez explicó: “Nuestra propuesta es realizar un diagnóstico técnico, y a partir de allí, diseñar un programa de mejora de plantaciones, rendimiento y calidad del grano, con énfasis en formación para los productores”.
Lecciones como las del sistema cubano de agricultura orgánica o la articulación entre ciencia e industria, hoy se convierten en herramientas clave para que los cacaocultores de la región eleven su productividad sin sacrificar la sostenibilidad.